sábado, octubre 21, 2006

FANTASMAS


Irene jamás olvidó la respuesta correcta para la pregunta equivocada. A horcajadas sobre la soledad de sus días no se planteó un posible error de concepto; y en la medida en que cabalgaba sobre la estúpida e irrefrenable certeza de sus verdades primordiales, renegaba de todo aquello que pudiera acariciar su coraza; ni el más leve roce. Hacía tiempo que Blanca no encontraba la llave.
Y por ello le gritaba ajena a la inutilidad de palabras cedidas en semejante tono – Pero, ¿Es que no te das cuenta? - Y ante la impotencia de observar cómo sus pensamientos modelados rebotaban sobre los atusados cabellos de la joven de mirada esquiva, sus ojos ardían entre la ira y la derrota. - Pero, ¡Dime algo! Yo he sido sincera contigo, quiero que tú lo seas conmigo. ¿No entiendes que no te lo he dicho con maldad? - Sucedió a aquel instante un patético gesto que todas identificamos como indudable y casi razonable germen del estallido que estábamos a punto de presenciar. - ¡Es esa risa irónica! ¿Qué guardas en ella? ¿Por qué me la lanzas de esa forma, como si fuera tu peor enemiga?
Ese temblor prácticamente imperceptible que fustigaba intermitente sus labios sellados, se me reveló súbitamente de una magnitud sobrecogedora, y pude verla entonces, percibirla en aquella cruda desnudez en la que Blanca la confinaba; desvalida. Salí despavorida de aquella habitación en el justo momento en que comprendí que ninguna de las dos se abandonaría un instante a contemplar la mirada de la otra, como valioso recipiente de la amistad que tanto tiempo habían compartido; intuí también que ningún comentario por mi parte las haría poseedoras de la verdad en la que me ahogaba de forma desesperada: todo eso que la una callaba obstinada y que la otra arrojaba con una furia descontrolada, no eran sino escombros humanos, desperdicios o deposiciones de lo que ciertamente guardaban dentro. Irrealidades perceptivas...

viernes, septiembre 29, 2006

GRITO NOCTURNO


“Grises y muertos ayeres que cierran las puertas de hermosos mañanas. Pasos espantosos que tropiezan haciendo crujir las tablas de los neblinosos pasillos del tiempo. Cielos que sangran desgarrados en tumultos espúreos de llantos. Perdido en la orilla de la laguna estigia del mañana, circuncidado por bestias lacerantes del reino de Hades que se asoman a mi alma y la hieren, expulsado de la barca de Caronte en una condena perpetua a vagar por el reino de los muertos, tal es la injundia que asola mi luctuosa existencia. Si esto es la muerte, desearía nunca haber existido, tal es el desconsuelo que empapa mis mejillas, tal es el infierno de rojo encendido en el cual me he hallado, como un niño perdido, nunca más encontrado. De pronto algo ocurre y este infierno dantesco parece disolverse en una realidad encontrada, distinta, renovada. Mis párpados se abren lentamente y...”

¡Dios mío voy a sucumbir ! Corro hacia el baño desesperado, despertado abruptamente de la pesadilla, atribulado en mil urgencias, al filo de la madrugada. La cagadera se desata, mi digestión ha sido ultrajada.

Clara conclusión: Nunca vuelvo a cenar pie de ciruela.

martes, septiembre 26, 2006

SINFONIA


Tiempos hechos de arritmia pendular
que imperiosa y devastadora
se alimenta de las leyes de los hombres
leyes,ficciones
semblantes de amores
instantes de sinfónica pasión
donde la orquesta de tu cuerpo
crea mundos intangibles como burbujas de jabón,
ficciones, instantes, semblantes
pasión con la que dirijo armónicamente
la energía de mi alma
para encontrar en tu cuerpo
el sentido exacto de la ultima verdad
que encierra tu corazón
arritmia pendular
de mundos intangibles,
dama misteriosa y femenina
deja que te haga el amor entre los chelos.

lunes, septiembre 25, 2006

ACLARANDO TEMPESTADES


Empalagado de amores subversivos
Que incomprenden de dialectos imperiosos
Me sumerjo en la penumbra de mi abismo
Exigiendo de esta trama, una salida

Contrariado en acciones caprichosas
En resguardo de la inocencia precavida
Es preciso el final de tempestades
Que devastan estas dudas consagradas

Soy un grito en lo oscuro del silencio
Derramando un discurso pasajero,
Engañado de profetas mal vivientes,
Previsible ante odios revelados

Socorrido por mis propias consecuencias
Me demando claridad por estas horas
Así puedo alivianarme de mi culpa
Y que nadie me reclame purgatorios

Solo el tiempo reconocerá mi rostro
De omisiones y misterios conservados
Que conmigo frecuentaron el pasado
De mi historia, más allá de soledades.

lunes, septiembre 11, 2006

HIMNO PATRIO



Coro
Dulce Patria, recibe los votos
Con que Chile en tus aras juró
Que o la tumba serás de los libres
O el asilo contra la opresión.

I
Ha cesado la lucha sangrienta;
ya es hermano el que ayer invasor;
de tres siglos lavamos la afrenta
combatiendo en el campo de honor.
El que ayer doblegábase esclavo
libre al fin y triunfante se ve;
libertad es la herencia del bravo,
la Victoria se humilla a sus pies.

II
Alza, Chile, sin mancha la frente;
conquistaste tu nombre en la lid;
siempre noble, constante y valiente
te encontraron los hijos del Cid.
Que tus libres tranquilos coronen
a las artes, la industria y la paz,
y de triunfos cantares entonen
que amedrenten al déspota audaz.

III
Vuestros nombres, valientes soldados,
Que habéis sido de Chile el sostén,
nuestros pechos los llevan grabados;
Los sabrán nuestros hijos también.
Sean ellos el grito de muerte
que lancemos marchando a lidiar,
y sonando en la boca del fuerte
hagan siempre al tirano temblar.

IV
Si pretende el cañón extranjero
nuestros pueblos osado invadir;
desnudemos al punto el acero
y sepamos vencer o morir.
Con su sangre el altivo araucano
nos legó por herencia el valor;
y no tiembla la espada en la mano
defendiendo de Chile el honor.

V
Puro, Chile, es tu cielo azulado,
puras brisas te cruzan también,
y tu campo de flores bordado
es la copia feliz del Edén.
Majestuosa es la blanca montaña
que te dio por baluarte el Señor,
Y ese mar que tranquilo te baña
te promete futuro esplendor.

VI
Esas galas, ¡oh, Patria!, esas flores
que tapizan tu suelo feraz,
no las pisen jamás invasores;
con tu sombra las cubra la paz.
Nuestros pechos serán tu baluarte,
con tu nombre sabremos vencer,
o tu noble, glorioso estandarte,
nos verá combatiendo caer.

domingo, septiembre 10, 2006

EL VIAJE


Aquella madrugada el camino se mostraba sombrío, ninguna luz iluminaba el sendero y en el firmamento solo bailaban, amenazantes, nubes llenas de roja ira. Ella sentada al fondo imaginaba cientos de alegres caminos para lograr distraerse por completo, era la primera vez que viajaba completamente sola. Aunque de a ratos imaginaba la presencia de su amado, quien ya no estaba, aunque la cordura entraba en acción recordándole su ausencia.Su mente divagaba cada vez con más esfuerzo para olvidar aquel accidente que en esa misma ruta nueve meses atrás los había separado eternamente. Cuanto más se acercaba a aquella maldita rotonda su pulso más se aceleraba. Sus manos comenzaban a expulsar un helado sudor, el palpitar de su corazón se hacía tan intenso que hasta podía sentir sus propios latidos resonando dentro de sus oídos como estremecedores tambores de marcha de guerra. Clavaba intensamente sus uñas sobre los apoya brazos intentando desesperadamente mantener la cordura.
El pánico comenzó lentamente a apoderarse de su lúgubre y vulnerable alma obligándola a mirar por la ventana y así revivir, en un vertiginoso instante, aquella noche de tragedia. Luchó fervientemente para no girar la cabeza y en ese segundo, ya sintiéndose orgullosa de casi haberlo logrado, inconscientemente se le escapo la mirada. Podía ver la sangre goteando bajo el capó del auto que había quedado al revés atrapando a su flamante esposo en una hermética celda de metal íntegramente incendiada.
Respiró hondo como para frenar un alarido de terror incontenible pero su perfume se hizo presente. Miró por el reflejo del vidrio para comprobar si alguna caprichosa lágrima había osado salirse sin permiso y fue ahí donde lo vio, sentado a su lado, sonriéndole como antes lo hacía, con la cabeza apoyada sobre su hombro. La miraba con ternura amándola en silencio bajo las sombras de la noche.
El horror se apoderó de su cuerpo, sabía que era imposible, pero ahí estaba, recostado a su lado, acariciando su brazo con suma dulzura. Giró la cabeza para comprobar si realmente estaba, pero no, el lugar contiguo al suyo estaba completamente desolado. Solo su reflejo estaba acompañándola detrás del frío vidrio, besándole el alma son sus mortuorios labios. Su corazón se detuvo, el agarró sus delicadas manos y, al unir sus labios con los de ella, se la llevo a su lado dejando en las sombras de ese volante un desolado cuerpo sonriente de tranquilidad.

sábado, septiembre 09, 2006

DULCE ANTROPOFAGIA



La boca se le volvió estómago del hambre que tenía y comenzó a respirar proteínas. Cuando fue a besarla creyó por un instante que ella iba a formar parte de su dieta. Pero Judith antes de permitir el contacto le hizo varios reproches que Juan Carlos no pudo digerir. Tras cinco semanas de estar a su lado cerró los ojos y ya no pudo abrirlos.

Ella lloró en silencio frente al cadáver hambriento. Solo entonces quiso tocarle: poco a poco, se lo fue comiendo. Al terminárselo lo sintió por fin muy dentro, supo entonces cuanto lo quiso, cuanto lo echaría de menos, cuanto lo había hecho sufrir por no querer formar parte de él. No supo comprender que lo que Judith buscaba era precisamente lo contrario: que él se transformase para llegar a ser parte de ella.


A los nueve meses nacieron dos gemelos con tal hambre que tras acabar su leche terminaron con ella. Una vez solos se miraron desconfiados y se fueron alejando uno del otro mientras aprendían a tan tierna edad que, en ocasiones como esta, conviene dormirse con al menos un ojo abierto.
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