GRITO NOCTURNO
“Grises y muertos ayeres que cierran las puertas de hermosos mañanas. Pasos espantosos que tropiezan haciendo crujir las tablas de los neblinosos pasillos del tiempo. Cielos que sangran desgarrados en tumultos espúreos de llantos. Perdido en la orilla de la laguna estigia del mañana, circuncidado por bestias lacerantes del reino de Hades que se asoman a mi alma y la hieren, expulsado de la barca de Caronte en una condena perpetua a vagar por el reino de los muertos, tal es la injundia que asola mi luctuosa existencia. Si esto es la muerte, desearía nunca haber existido, tal es el desconsuelo que empapa mis mejillas, tal es el infierno de rojo encendido en el cual me he hallado, como un niño perdido, nunca más encontrado. De pronto algo ocurre y este infierno dantesco parece disolverse en una realidad encontrada, distinta, renovada. Mis párpados se abren lentamente y...”
¡Dios mío voy a sucumbir ! Corro hacia el baño desesperado, despertado abruptamente de la pesadilla, atribulado en mil urgencias, al filo de la madrugada. La cagadera se desata, mi digestión ha sido ultrajada.
Clara conclusión: Nunca vuelvo a cenar pie de ciruela.